Ella se llevó mi corazón.

Hola, LO PROMETIDO ES DEUDA.

Hoy quiero mostraros un Post especial sobre Harry Potter, que espero que os guste a los Potterheads y los que no lo sois pero os gusta la saga y/o la conocéis.
Es un FanFic sobre Snape en el momento en que entró en la casa/guarida de los Potter y halló a Lili Evans Potter, madre de Harry y el amor de su vida inerte, a causa de la maldición de Lord Voldemort.
Espero que os guste.

ELLA SE LLEVÓ MI CORAZÓN.

Todo estaba sumido en un silencio espeluznante, roto de vez en cuando por el ulular de alguna lechuza. Godric Hollow dormia, ajena a lo que acababa de suceder esa noche.
Una sombra avanzaba a paso ligero e inseguro por una calle alumbrada por destellos amarillentos de las farolas. A pesar del calor de verano

que se extendía por el pueblo, la sombra iba cubierta por una capa negra como la noche, casi arrastrando por el suelo.
Al pasar junto a la luz de la farola, esta descubrió el pálido rostro de la persona, cuyas facciones estaban contorsionadas en una mueca parte asustada y parte molesta. Sus ojos eran negros como el cielo, brillantes, y su pelo caía sobre los hombros en una cortina igual de oscura y grasienta como la capa y  que reflejaba la luz de la calle.
Todas las ventanas estaban cerradas, a parte de ese hombre, que no parecía vivir allí, nadie más parecía despierto.

Llegó a un pequeño descampado, cubierto de maleza y escombros. A simple vista no parecía que hubiese nada más aparte de eso, pero después de sacar una varita de debajo de su túnica, también negra, y pronunciar unas palabras mágicas, en  el descampado se materializó poco a poco una casa de ladrillo de paredes blancas.

Se estremeció ligeramente. Atravesó la verja con pasos indecisos, pero rápidos. Tenía miedo por lo que podría ver allí, el lugar donde se refugiaban los Potter, y en el cual había sido citado por Albus Dumblendore, el mago más poderoso del último siglo, y ahora director de Hogwarts, el colegio de Magia y Hechicería.

Cuando extendió la palida mano para abrir la puerta, esta se abrió sola, y apareció ante el un anciano de nariz ganchuda, una larga y plateada barba y gafas de media luna. Dumblendore.

-Oh Severus.-Comenzó el anciano mago. Podía verse la tristeza en sus ojos, detrás de las gafas de media luna, que reflejaba los ojos negros de Severus Snape. Este le detuvo.

-Dumlendore.-Dijo Snape, le temblaba el labio ligeramente.-¿Entonces es cierto? Voldemort ha  sido derrotado?

-Eso parece, pero dudo que eso sea completamente cierto.-Le contestó Dumblendore, colocando su mano en el hombro de Snape.-La orden viene de camino.

-¿Lili? ¿Dónde está?-Preguntó nervioso, y por el silencio del anciano supuso que lo peor había pasado. Apartó la mano del director y entró en la casa.

Cristales rotos, paredes caídas y muebles quemados y esparcidos por el suelo, dejaban al descubierto que ahí dentro había ocurrido un duelo de magos, un duelo duro que había destrozado la casa.

Recorrió la casa velozmente, nervioso, asomando la cabeza por las diferentes habitaciones y esquivando con su varita los escombros, que eran lanzados contra la pared. El corazón le latía velozmente, nervioso, asustado y enfadado. Sentía a Dumblendore detrás de él.

Llegó al final del pasillo, y subió las escaleras sin el cuidado que requerían, pues estaba destrozada. Al subir y cruzar a la derecha vio algo que lo paralizó, e hizo que el corazón le latiera más fuertemente.

Un hombre yacía en el suelo, colocado en una postura extraña, y a pesar de estar cubierto de sangre, no tenía herida. Un escalofrío le recorrió. Era James Potter.

Sintió una mezcla de sensaciones; Odio, lástima, dolor, rencor, y es que ese hombre, que ahora estaba muerto le quitó lo que el más quería en la vida. A Lili, su amor.

Unos llantos de bebé surgieron como truenos desde la habitación de enfrente, lo que hizo que volviera en sí. Dumblendore no decía nada, pero seguía a Snape, que ahora se dirigía a la habitación de los llantos.

-Snape.-Susurró Dumblendore, triste, cuándo este entró de golpe en la habitación, mientras el con la ayuda de su varita cubría el cuerpo de James con una tela.

-Cuidaré de Harry.-Prometió.

Snape quedó paralizado, el bebé lloraba mientras se agitaba en la cuna, llamando a su madre.

Todos sus temores se hicieron realidad. Los ojos le comenzaron a arder, y ahora lloraba, como no lo había hecho nunca. Perdió la estabilidad y cayó de rodillas, junto a Lili, que yacía a su lado. Era una hermosa mujer, de pelo rojo, y ojos verdes brillantes.

Snape lloraba, gemía, gritaba. Abrazaba a Lili, a la persona que más amaba en la vida, a la persona por la que lo daba todo, y por la única que lloraba. Acariciaba su rostro, ahora pálido, antaño sonrosado y lleno de vida. La abrazaba contra sí, deseando estar en su lugar, y ella viva. Temblaba, y su pálido rostro cogió un tono rosado.

Sus llantos se mezclaban con los de Harry, el hijo de Lili.

-Te amaré.-Balbuceaba.-Siempre.-De su varita comenzó a salir un humo plateado, que fue adquiriendo la forma de un animal. Una cierva. De Lili. Rodeó a Snape, agachó su cabeza hacia Lili y luego rodeó a Harry, un segundo después, como si nada, desapareció.

-No he podido protegerte, lo siento, lo siento, no pude estar aquí, hubiese dado mi vida.-Lloraba, sus labios temblaban.-Cuidaré de Harry. Te lo prometo. Lili, Lili…

Y abrazándola junto así, debido al dolor, su cuerpo de relajó, y calló junto a ella, desmayado, pero antes pudo decir una palabra, solo una, pero llena de amor;

-SIEMPRE.

PEDRO GALVÁN ARDILA.

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